Excelente comida
Habiendo comido en El Torrente en varias ocasiones puedo decir honestamente que la comida es excelente, Adria el gerente del restaurante es útil e informativo. Ponga este restaurante en su lista de cosas por hacer, incluso en estos tiempos difíciles se las arreglan para ser acogedoras mientras te mantienen a salvo.
Cena
La comida era excelente y de gran valor, la primera visita y nos fuimos sabiendo que volveríamos. Gracias por una cena fabulosa.
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Inmejorable!
Espectacular y recomendamos al 100% en todos los aspectos. Calidad precio, trato y ambiente seguro en estos tiempos. Para repetir sin duda. Muchas gracias por todo. Si quereis perderos de la realidad es el sitio ideal, para alojarse alli y pasar unos días allí.
Maravilloso
Adriá y las camareras son simpáticos, no, lo siguiente. Pero de la simpatía no se come. Lo de comer, rico no, riquísimo. Pero no solo de pan vive el hombre. El lugar encantador, no puede ser más grato. Gratis? No, baratísimo en relación calidad-precio. En resumen: ENCANTADOS.
Que gran cambio !
El otro día fuimos a cenar a El Torrente con unos amigos, tras escuchar por la radio una entrevista con el responsable hablando sobre los cambios que han hecho estos últimos meses. He de decir que mis dos últimas visitas, sobre 2018, fueron bastante nefastas en servicio y calidad de la comida.
Afortunadamente ha cambiado radicalmente a mejor. El servicio fue muy atento, sin ser intrusivo, con buen conocimiento sobre los platos y los vinos que nos sirvieron con el maridaje del menú.
La comida estaba realmente buena, se nota que el chef conoce bien las técnicas de preparación además de hacer bonita la presentación. Es difícil encontrar elaboraciones a baja temperatura por estos lares, en ciudad más facil verlo. El sabor del gallopedro a baja temperatura me transportó a muy buenos recuerdos de infancia, y cuando una comida consigue algo así, sabes que ese chef se merece 5 estrellas. Pedimos los cuatro principales para compartir después del exito en los entrantes y todos estaban deliciosos, mención especial a la costilla (se deshacía en la boca) y el rissotto vegetariano.
Los postres muy correctos y algo que hecho en falta en toda la costa española, saber tirar bien los cafés, para no irte del lugar con mal sabor de boca (imposible en este restaurante, que hasta te ponen petitfours caseros al final).
En resumen, felicitaciones por el cambio de rumbo. Una localización tan privilegiada por fin con una cocina a su altura.
Solamente un pero, mejor iluminación en la terraza para tomar el cafe y quien sabe si un cocktail o una copa si estuviera mejor iluminado.
Hasta pronto..